Acné adulto.

 

Cómo se produce el acné adulto y cómo tratarlo en pieles que ya no son adolescentes. Qué tratamientos son los más indicados y sus cuidados.

Por qué se produce el acné adulto

Durante la adolescencia, debido a los cambios hormonales, podemos encontrar múltiples casos de acné adulto que, en el mejor de los casos, con una buena higiene y cuidado de la piel, combatiremos sin problema.
En otras ocasiones, en casos más severos es necesario el tratamiento médico y sus cuidados tanto en cabina como el domicilio, deberán ser mucho más exhaustivos.
Ahora bien, cada vez son más los casos de acné en personas que pasan los 25 años, y que conocemos como acné adulto. Un acné que pilla por sorpresa a aquellos que durante su juventud no tuvieron un solo grano de pronto, brotan en zonas en concreto sin saber muy bien cómo actuar ni qué productos aplicar.
En este post vamos a hacer un repaso sobre los factores desencadenantes del acné y cómo tratarlo en la piel adulta.

En el acné se produce una obstrucción e inflamación del folículo pilosebáceo.

Hay cuatro factores que, con mecanismos estrechamente relacionados entre ellos, conducen a la aparición del acné:

  • Hiperfunción de las glándulas sebáceas: Aumento de la producción y secreción de sebo. En muchas ocasiones está provocado por alteraciones en la producción de hormonas andrógenas y estrógenas.
  • Hiperqueratinización folicular: da lugar a la comedogénesis.
  • Factor microbiano: Colonización de los conductos foliculares con Propionibacterium acnés, Staphylococcus epidermis y Pityrosporum ovale.
  • Respuesta inflamatoria: se activan neutrófilos y linfocitos.

¿Cómo estos factores generan el acné adulto? 

El material sebáceo, se encuentra compuesto por triglicéridos, ácidos grasos libres, ésteres de la cera, escualeno y pequeñas cantidades de colesterol. Este material sebáceo tiene como función mantener la hidratación de la piel a través del estrato córneo y del pelo. Algo positivo se convierte en negativo, cuando la producción y la secreción es excesiva.

La queratinización es otro de los factores que influyen en el desarrollo del acné. Se produce una acumulación de queratinocitos que obstruye la apertura de los folículos pilosos. En consecuencia, se genera un proceso llamado comedogénesis, en que la acumulación de forma anormal de los corneocitos escamados, dilata los folículos sebáceos. Esto puede generar comedones abiertos (punto negro) o comedones cerrados (punto blanco).

Por otra parte, nuestra microflora cutánea, que está presente tanto en la piel con acné como sin él, encuentra el medio idóneo para reproducirse exageradamente al encontrar el folículo taponado. Colonizan los comedones cerrados y degradan el sebo en ácidos grasos libres que irritan el epitelio folicular y provocan una respuesta inflamatoria por neutrófilos y luego linfocitos. El folículo inflamado se rompe hacia la dermis (a veces consecuencia de la manipulación física o el rascado), donde el contenido provoca una reacción inflamatoria local, con formación de pápulas. Si la inflamación es intensa, se producen grandes pústulas purulentas.

Después de haber sufrido acné, pueden quedar marcas. Son lesiones consecuencia de la destrucción de la piel, que pueden ser atróficas (depresiones), hiperpigmentaciones post inflamatorias o queloides.

Cómo tratar el acné adulto

A diferencia de otros tipos de pieles veremos que no existe un exceso de secreción de grasa, es más, incluso en muchas ocasiones nos encontraremos con pieles con tendencia a seca que, además, después de estos brotes y del empleo de productos demasiado astringente, nos encontraremos además deshidratadas e irritadas.

Por ello es fundamental un estudio global de la piel y que no nos centremos únicamente en el tratamiento a realizar en cabina, si no que también prestemos mucha atención a sus cuidados en casa, además de revisar de forma semanal la progresión de su piel.

Por lo pronto, algunos básicos a poner en marcha serán los siguientes:

  • Limpieza diaria. Deberá de realizarse con un producto que permita limpiar en profundidad sin alterar el pH. Suave y respetuoso. Podemos realizar doble limpieza y evitaremos el masajear en exceso si además existe infección. La limpieza se repetirá mañana y noche.
  • Revisión utensilios de belleza. Las brochas de maquillaje y otros complementos pueden esconder en su interior muchas bacterias. Es fundamental realizar de forma periódica su correcta higiene y en el caso de estar pasando por un brote de acné, minimizar su uso.
  • Revisión productos cosméticos. A veces el mal estado de algunos cosméticos puede causar irritación e incluso provocar esos mismos brotes. Revisa caducidades y PAO’s.
  • Cambio de funda de almohada periódica y uso de toalla exclusiva. Es importante ser escrupulosos en la higiene de los textiles que están en contacto con la piel. Deberemos emplear una toalla solo para rostro y cambiar con frecuencia, así como no compartirla y cambiar cada 2 días la funda de almohada, mientras que el brote esté activo.
  • Cuidado especial en la hidratación de la piel. En formato serum o crema, pero debemos mantener el manto protector de la piel para que esta, pueda regenerar bien. El uso de fotoprotector será también indispensable para evitar futuras secuelas.
  • Tratamiento en cabina. Los favoritos: peeling químicos

Objetivo a tratar en cabina

Los objetivos de los tratamientos antiacné son:

– Regular la producción de sebo.

– Evitar la obstrucción del folículo.

– Disminuir la población bacteriana.

– Evitar y reducir las cicatrices.

Usos de los peelings químicos para acné adulto

En realidad, son una buena opción para cualquier tipo de acné, ya que su principal acción es queratolítica, por lo que consiguen disminuir la acumulación de queratinocitos en el folículo. Además, al promover la regeneración de la epidermis reducen las marcas que el acné pueda provocar. Por otra parte, funcionan por exposición. Al no ser necesaria la manipulación se evita que las bacterias que puedan estar presentes se repartan por el rostro generando más acné. 

Algunos ácidos como el salicílico y el azelaico tienen propiedades antiinflamatorias y bactericidas, que ayudaran a restablecer la microflora cutánea. Además, sus acciones antiseborreicas y queratolíticas, ayudan a reducir el exceso de sebo y a disminuir el engrosamiento de la piel, favoreciendo que no se obstruyan los poros.

Además, podremos combinar en diferentes sesiones distintos activos con el fin de favorecer la renovación de la piel.

Larimedical

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Peelings Bioquímicos

Formadora Cosmética
Escrito por Andrea Lahoz

Especialista en belleza

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